Dados los elevados costos iniciales asociados con la compra de una casa, la mayoría de los jóvenes comienzan su vida independiente arrendando. A medida que construyen carreras, ahorran dinero y forman familias, muchos optan por adquirir una vivienda. La elección, a simple vista, no es fácil. De hecho, lo primero que hay que saber es que no existe una mejor opción en general, sino que dependerá de cada caso.

Ventajas de convertirse en propietario:

  1. Seguridad de cara a la vejez Llegado este momento, los ingresos de un consumidor se reducen, de media, un 26%. Lo normal es que, para ese momento, tu casa ya esté pagada. De esa forma, podrás llegar a final de mes mucho más tranquilo.
  2. Plusvalía. La teoría dice que la vivienda se revaloriza con el tiempo: ahora bien, ni esto es 100% seguro (no hay más que ver lo que pasó con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria), ni es probable (ni saludable) que lo haga al ritmo que lo hizo durante los años del bum.

Entre las desventajas de comprar un inmueble, encontramos las siguientes:

  1. Los ahorros previos. Para poder comprar una vivienda, es necesario tener ahorrado al menos un 30% del valor: el 20% que no te dará el banco (porque las hipotecas suelen ofrece el 80% del valor de tasación de una casa) y un 10% para impuestos y gastos iniciales.
  2. Los gastos habituales. Cuando te conviertes en propietario de una casa, tienes que hacer frente a numerosos gastos que una persona que vive de alquiler casi nunca tendrá que asumir como el pago de impuestos y tributos municipales (como el IBI y la tasa de basuras), los gastos de comunidad, el seguro de continente, seguro de vida, o las posibles reparaciones.
  3. La mensualidad puede experimentar importantes cambios. Dado que el Euribor se encuentra en mínimos históricos, es necesario ser precavido a la hora de comprar una vivienda. Antes de tomar una decisión, es importante echar cuentas y calcular qué pasaría si este índice volviera a los máximos de 2008, cuando llegó a superar el 5%.

Entre las ventajas de vivir de arrendamiento, encontramos las siguientes:

  1. No hace falta un gran capital. Para vivir de alquiler, el colchón necesario es mucho menor al que hace falta para comprar una vivienda. En principio, solo sería necesario el importe de la fianza, que según marca la ley de arrendamientos urbanos, debería equivaler a una mensualidad, aunque el propietario y el inquilino pueden acordar que sea mayor.
  2. La cuota solo aumenta solo si varían los precios. Para los alquileres firmados antes de junio de 2013, la mensualidad se actualiza año a año. Eso sí, no siempre sube: se tendrá que mover al ritmo al que lo haga el IPC (Índice de Precios al Consumo). Por tanto, si los precios suben, también lo hará el importe que se paga al propietario, pero si bajan, la cuota deberá descender.
  3. La flexibilidad es mayor. Una de las principales ventajas del alquiler es la flexibilidad que ofrece al consumidor. Así, en caso de que pases por una mala racha económica o de que, por motivos de trabajo, no puedas seguir viviendo en el mismo sitio, podrás abandonar la casa y marcharte a otro sitio. Eso sí, para desistir del contrato de alquiler tendrán que haber pasado, al menos, seis meses desde la firma y tendrás que avisar al propietario con un mínimo de 30 días.

  Desventajas de arrendar una vivienda se encuentran:

  1. Dificultades cuando llegue la jubilación. Si vives de alquiler en el momento de la jubilación, el esfuerzo que realizas para pagar tu casa seguirá siendo el mismo que hacías antes, pero tus ingresos serán menores.
  2. no tener una vivienda propia.Resulta obvio, pero, al contrario de lo que ocurre con la compra, pese a estar pagando una casa durante muchos años, el inmueble alquilado nunca será tuyo.
  3. Hay que lidiar con el propietario. Mantener una relación cordial con el propietario siempre es deseable cuando uno vive de alquiler, sobre todo si se produce algún tipo de avería o desperfecto en la casa.